Propiedades mecánicas: Los metales son duros, tenaces y resistentes. Por eso las herramientas de corte como brocas, hojas de sierra y limas están construidas de un tipo de acero especial muy duro; y los metales tenaces y resistentes son utilizados para obtener herramientas que soporten golpes, como ocurre con los martillos.
Propiedades tecnológicas: Los metales son dúctiles, maleables, fusibles y soldables. Un ejemplo de ductilidad son los cables de cobre empleados para la conducción de energía eléctrica. El aluminio es muy maleable, lo que permite que sea apropiado para aplicaciones como el papel de aluminio utilizado en nuestras casas.
Propiedades químicas: Nos informan sobre la disposición que presentan los metales para reaccionar con otros elementos químicos. Las más importantes son la oxidación y la corrosión. La oxidación es una reacción química que se produce cuando el metal se combina con el oxígeno. La corrosión es una forma rápida de oxidación que tiene lugar cuando el metal se halla en contacto con agua u otro agente químico agresivo, como por ejemplo un ácido.
Propiedades térmica y eléctrica: Los metales son buenos conductores del calor y de la electricidad. Por eso, para el transporte de energía eléctrica y también de datos informáticos se utilizan cables de cobre.
Propiedades ecológicas: La mayoría de los metales son reciclables; pueden ser transformados indefinidamente, tal y como ocurre con el hierro y el aluminio. Existen algunos metales como el mercurio y el plomo que son tóxicos, por lo que es necesario restringir e incluso prohibir su uso.