Published using Google Docs
El Arte Románico, antecedentes
Updated automatically every 5 minutes

 Capítulo 15

 El Arte Románico

 Antecedentes

         El término románico aparece por primera vez hacia 1820 en la bibliografía científica francesa utilizada para designar a la arquitectura cuyos rasgos característicos (arcos de medio punto, bóvedas y columnas) se podían remitir a la cultura romana. A partir de esta idea se acuñó el término estilístico de arquitectura románica (derivado del término “lenguas románicas o romances”).

         El Románico se sitúa aproximadamente hacia el año 1050 y constituye un nuevo comienzo del Arte Occidental, después de la etapa de las invasiones de los pueblos germánicos. Reúne las distintas tendencias de la temprana Edad Media, donde prevalecieron el estilo Prerrománico Carolingio y el Otonida, y encuentra un lenguaje propio, pero su estilo es multiforme, conglomerado de numerosos componentes regionales, reflejo de la desmembración política de los reinos europeos.

         El estilo Románico surge en la época de una Europa sumida en el sistema feudal caracterizado por la existencia de feudos o extensiones territoriales en manos de los nobles; con una marcada diferenciación de clases sociales, donde la iglesia católica y los señores feudales eran la clase privilegiada; en una descentralización del poder político en el que el monarca pierde fuerza frente a los nobles y señores; además de tener una economía eminentemente agrícola.

         En este contexto se pueden analizar las fuerzas impulsoras del románico como: los grandes movimientos de las reformas monacales iniciados por las órdenes religiosas, sobre todo las de los monjes de la Abadía de Cluny, en Borgoña, Francia; las peregrinaciones religiosas emprendidas con el fin de visitar los lugares santos, y las Cruzadas, en donde participaron los reinos europeos que buscaban recuperar las reliquias y las tierras santas.

         Es importante mencionar que las reformas de los monjes cluniacenses que pretendían abandonar los excesos  y lujos en los que había caído la Iglesia, para volver a los principios de humildad y sencillez de la orden de san Benito, prepararon el camino para replantear nuevos ideales cristalizados en la Abadía de Cluny, que llegaría a convertirse no sólo en el elemento unificador de la fe cristiana, sino también en el centro cultural de Europa. En sus intentos por aglutinar el sentimiento religiosos, los cluniacenses organizaron peregrinaciones que partían de cualquier parte de Europa a lugares santos, como Roma, y principalmente a Santiago de Compostela, en España. Además, construyeron casas para los fieles en las rutas de peregrinación y en ese sentido colaboraron con la internacionalización del arte Románico.

         La Iglesia católica se convirtió en elemento unificador por excelencia y, con el apoyo de la nobleza, emprendió una gran expansión religiosa y militar, y en el pueblo y el sector monástico se dio un ímpetu de pureza ética que sirvió de base para una nueva concepción de organización eclesiástica y para el florecimiento del Arte Románico. Pág. 131

Arte Románico

         El Arte Románico tiene sus orígenes en Francia por ser el el país heredero del Imperio Carolingio. Abarca los siglos XI y XII y se manifiesta de manera particular en las distintas regiones de Europa, dependiendo de las características locales y las influencias existentes. Este arte está ligado a un profundo sentimiento religioso terriblemente opresivo, originado por una religión en la cual Dios debía ser captado por la fe y el hombre habría de someterse a Él con una lealtad inquebrantable, y seguir reglas físicas y morales inviolables que le hacían sentirse oprimido. Este sentimiento se traduce en el arte Románico, en el cual arquitectura, escultura y pintura quedaban integrados en una unidad indivisible y eran creados para mayor gloria de Dios.

         En Francia y Alemania, el Románico se presenta de manera pura, y en los demás países europeos tiene características distintivas. En Inglaterra observamos las influencias normandas; en Italia se hace presente la herencia bizantina, y en España no se pueden olvidar los elementos musulmanes presentes sobre todo en la arquitectura. Pág. 132

Historia del Arte, Cantú Delgado Julieta y García Martínez Heriberto/ México, Ed. Trillas, 2007, ISBN 978-968-24-5558-2románicoArquIglesia.jpg

románicoArquicasa.jpg