INTRODUCCIÓN A LA POESÍA POSGARCILASIANA
Después de la reforma poética de Boscán y Garcilaso, un grupo de petrarquistas desarrolla un tipo de poesía de características semejantes a las de Garcilaso . Pero a los poetas soldado (Garcilaso, Cetina), les suceden los poetas eclesiásticos, religiosos, profesores, filósofos.
Esta poesía ofrece dos vertientes: en unos el pensamiento se concentra; y en otros la preocupación por la forma.
La escuela sevillana, con Herrera se preocupa más por la forma frente al contenido.
La escuela salmantina prefiere la concisión del lenguaje, eliminando toda retórica innecesaria, con cierto aparente desaliño en la expresión, y la preferencia por la estrofa corta y el verso libre: la lira .
En la Contrarreforma España se cierra al exterior y se espiritualiza, y esto se traduce en una literatura religiosa.
FRAY LUIS DE LEÓN
Representa la fusión de los elementos renacentistas con el espíritu cristiano. Estudió teología y tuvo problemas con la Inquisición por unos comentarios sobre el Cantar de los Cantares. Abandonó sus cargos y se retiró a La Flecha.
Obras en verso:
1-Traducciones, de autores clásicos, renacentistas y sagrados.
2-Originales. Muy conocidas por manuscritos qunque no aparecieron hasta 1637, en que las publicó Quevedo.
1-Traduce a Horacio (23 odas), Virgilio(églogas…).Entre los libros sagrados: los Proverbios de Salomón y capítulos del Libro de Job. Es un excelente traductor, no se ajusta a la letra.
En su Vida retirada veremos su versión del Beatus ille.
2- Originales: (las mejores, producción muy breve: Odas)
-Vida retirada, Beatus ille de Horacio:”¡Qué descansada vida!...”. Exaltado elogio del campo como lugar de reposo donde encontrar la paz del espíritu. (1ª época)
-Noche serena, “Cuando contemplo el cielo”, añoranza de la gloria que el poeta siente, al comparar el espectáculo de la noche estrellada con la bajeza de la tierra.
-A Felipe Ruiz “Cuando será que pueda”, anhelo de beatitud. 2ª Oda, ya en su periodo de plenitud.
-A Salinas, “El aire se serena” responde a la idea platónica de que el arte –la música en este caso- eleva el alma y la libra del bajo y vil sentido, moviéndola a la contemplación del bien divino.
-En la Ascensión, “¡Y dejas Pastor santo!, sentimiento de soledad por la partida del Señor.
-Morada del cielo, “Alma región luciente”, versión de la gloria como prado de bienaventuranza en el que el Buen Pastor apacienta sus ovejas con dulce son, en un ambiente de paz maravillosa.
VALOR Y ESTILO DE LA POESÍA DE FRAY LUIS (Alborg)
En las poesías, más que en sus libros en prosa, se observa un estilo preciso, concentrado en el pensamiento y con una agilidad en sus imágenes. Su expresión poética es de una aofrtunada condensación, por eso se sirvió genialmente de la lira como forma métrica en casi todas sus composiciones. Garcilaso había introducido la lira en su “Oda a la Flor de Gnido”, pero no había vuelto a utilizarla. Fray Luis desarrolló todas las posibilidades de esta estrofa hasta ser la envoltura natural de su poesía. La lira con sus cinco versos no permitía largos periodos sintácticos, el verso tiende a concentrarse.
Siempre se ha insistido en el influjo que sobre la lírica de Fray Luis tiene el latino Horacio, de quien aquél es considerado como el equivalente en nuestra literatura. El sentimiento de la sobriedad, de la elegancia y la dignidad en la vida habitual del hombre es una nota horaciana que ha llegado a formar parte del sentimiento de Fray Luis. Pero a lo que podría añadirse el anhelo de paz, el goce de la soledad en el retiro de la naturaleza, su amor a la “dorada medianía”, su desprecio a los honores públicos y a la vana ambición. De Horacio también aprendió la perfección de la forma lírica.
Pero si el influjo horaciano es tan manifiesto en la estilística, en su contenido Fray Luis es un poeta muy personal y de espíritu profundamente cristiano. Horacio gustaba de todos los placeres pero la poesía de Fray Luis es profundamente religiosa y moral, con mucha más profundidad que el poeta latino. Horacio se relacionaría más con la primera época de Fray Luis. Porque al principio nuestro autor cree en una moderación amable frente a la vida, tal como pensaba Horacio, pero sin apenas ningún rasgo religioso; las reflexiones del poeta eran muy humanas y terrenas, hablaba de los males acarreados por la codicia que el autor aconseja reprimir: la dorada medianía, serenidad epicúrea grata a los filósofos estoicos. Se observa este sentido en su 1ª Oda a Felipe Ruiz.
Pero en su 2ª Oda a Felipe Ruiz, de la amable serenidad epicúrea pasamos a una exaltada versión del héroe estoico, grandioso en su enfrentamiento a las amenazas externas. El mártir es el prototipo de héroe; el poeta consigue romper la cárcel del cuerpo y se identifica con el alma triunfadora que sube hasta la morada de Dios. A este deseo ascensional se refieren los críticos cuando dicen que en su poesía predomina el elemento estelar o celeste , sobre el terrestre.
A diferencia de San Juan , enamorado de la naturaleza m, en la cual descubre la belleza del Amado, Fray Luis, cuando contempla la tierra “desde las altas esferas” no la ve sino como “cárcel baja y oscura”. En nuestro poeta aparece con frecuencia la presencia del mar con sus tormentas, pero nunca como objeto de belleza o contemplación, como lo es el cielo estrellado, sino como contraste para hacer resaltar la idea de paz o para sugerir los peligros de la vida.
En la 3ª Oda a Felipe Ruiz, “Cuando será que pueda/ libre de esta prisión, volar al cielo…” o en las admirables estrofas de Noche serena: “Cuando contemplo el cielo/ de innumerables luces adornado…” También la Morada del cielo: “Alma región luciente/prado de bienandanza, que ni al cielo….”
Es el sentimiento del desterrado, el anhelo por el más allá, la nostalgia del cielo…. Elementos claves en su pensamiento poético. No se celebra la unión como en San Juan; pero suspira ardientemente por ella.