Lecturas Devocionales de Menores 2017
MARZO 2017
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Desobediencia inteligente
2017-03-01 - Menores
«El que atiende la corrección va camino a la vida» (Proverbios 10: 17).
¿HAS VISTO alguna vez a un perro guiando a un ciego? Esos perros son muy inteligentes, además de que están bien entrenados. Sus entrenadores los someten a una estricta disciplina para que, cuando llegue el momento, sepan hacer lo que se espera de ellos, que es salvarle la vida a su amo. La preparación debe ser intensiva porque esos perros serán «los ojos» de personas que no pueden verlos peligros que tienen delante.
Lo curioso de los perros guía es que no siempre obedecen lo que sus amos les ordenan. Una persona ciega puede, por ejemplo, llegar al borde de la acera y ordenar a su perro que cruce; pero el perro no lo hace si ve que es peligroso. Así que se queda sin moverse en el sitio donde está, Yo te pregunto: ¿Tú crees que el perro no obedece porque es terco? ¡No! La razón por la que no obedece es porque ha sido entrenado para lo que se llama «desobediencia inteligente». Cuando sus amos corren peligro, se espera de estos perros guía que los desobedezcan, para salvarles la vida.
A veces creemos que, para ser niños buenos, debemos obedecer siempre todo lo que nos dicen, pero no es así. Para ser cristianos debemos desarrollar una «desobediencia inteligente». Esto significa que podemos desobedecer cuando lo que se nos pide que hagamos sea peligroso para nuestra vida espiritual; cuando lo que se nos pide que hagamos no esté de acuerdo con lo que Jesús nos dice en su Palabra. Jesús nos da inteligencia para que hagamos lo correcto, pero además nos entrena día a día para que aprendamos a distinguir entre las órdenes que debemos obedecer y las que no. ¿Cómo nos entrena? Nos entrena cuando leemos la Biblia, cuando oramos, y a través de lo que nos enseñan papá y mamá.
Dios nos da a todos la oportunidad de decidir entre el bien y el mal. Algunos eligen equivocadamente. Muchas de las decisiones que tomes ahora afectarán a tu vida futura. Por eso, si un amigo te dice que hagas algo que es peligroso para tu salvación, es mejor que no le obedezcas. La desobediencia inteligente significa obedecer, siempre y en primer lugar, la voz de Jesús. Y las órdenes que nos alejen de Jesús, no tenemos por qué obedecerlas.
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Peores que un terremoto
2017-03-02 - Menores
«Si se enojan, no pequen, que el enojo no les dure todo el día» (Efesios 4: 26).
EL 16 DE ABRIL DE 2016, a las 6:58 p.m., se produjo un terremoto en Ecuador, de 7.8 grados en la Escala Richter ¡¡¡Eso es un montón!!! Fue muy fuerte. Tanto, que murió mucha gente. Varias ciudades se quedaron sin electricidad ni agua potable; derrumbó edificios enteros, incluida la torre de control del Aeropuerto Internacional Eloy Alfaro. Fue un desastre total. Y el lugar más afectado fue Pedernales. ¿Sabes por qué? Porque ahí estaba el epicentro. Por eso la localidad quedó prácticamente destruida. Qué triste.
Los terremotos nunca dejan de impresionarnos. ¿Sabes a qué se deben? A la acumulación de energía que se produce en el interior de la tierra. Llega un momento en que la tierra quiere liberar esa energía, y lo hace «explotando» de manera violenta. Y a pesar de toda la tecnología que existe hoy, no hay nada que podamos hacer para predecir ni para detener un terremoto. Lo único que podemos hacer es resguardarnos cuando ocurra. Pero no te preocupes, tal vez no te toque vivir ninguno en toda tu vida.
Existe otro tipo de terremoto al que no le damos importancia, pero que es también muy violento y hace daño a los demás y a nosotros mismos. Estoy hablando del enojo. ¿Acaso nunca tienes explosiones de enojo? Estoy segura que sí, porque yo tenía muchas a tu edad. ¿Cómo se produce una explosión de enojo? Cuando vamos acumulando energía negativa dentro de nosotros. Sucede una cosa que nos da rabia y, en lugar de olvidarla, perdonar o hablar de ello con la persona, dejamos que vaya generando «calor» y malos sentimientos dentro de nosotros. A veces es algo tan simple como que mamá nos quita el videojuego para que hagamos las tareas. A veces, vamos acumulando enojos por una situación difícil que esté pasando, porque nos han molestado, porque nos han hecho una injusticia… Hasta que un día explotamos y... ¡¡sálvese quien pueda!!
A diferencia de los terremotos, sí podemos controlar el enojo. ¿Cómo? Hablando, pensando pronto en soluciones, no prestando atención a las ofensas, no entrometiéndonos en problemas ajenos... Y, sobre todo, orando. Pídele a Jesús que, cuando te enojes, te ayude a controlarte, antes de que explotes como un terremoto dañino.
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Lo que Grimaldo me enseñó
2017-03-03 - Menores
«El que desprecia la disciplina sufre pobreza y deshonra; el que atiende a la corrección recibe grandes honores» (Proverbios 13: 18, NVI).
GRMALDO era un conejo que tuve. A ti te gustan los conejos. A mí me encantan, porque son tan suaves y tiernos... por eso no me pude resistir a la tentación de quedarme con Grimaldo la primera vez que lo vi. Fue hace unos cuantos años. Yo estaba recién casada y acababa de mudarme a otra ciudad con mi esposo cuando, un día, apareció en el patio de la casa ese lindo conejito gris. Me produjo gran ternura, así que insistí en que debía quedarse a vivir con nosotros. Para salirme con la mía, lo guardé en una habitación que teníamos desocupada y le llevé comida y agua. En realidad, todavía no había descubierto yo lo que significa convivir con un conejo. Pronto lo descubrí.
Una mañana, mi esposo y yo salimos a hacer unas compras y Grimaldo se quedó en la casa. Cuando regresamos, él estaba en su rincón como si no hubiera hecho nada malo, pero cuando mi esposo fue a hacer una llamada telefónica, ¡no pudo hacerla! ¡El tierno conejito se había comido el cable del teléfono! ¡Oh, y el de la contestadora telefónica también! ¡Uy, casi se me olvidaba, también se comió el cable de nuestra nevera nueva! Y aunque yo quería que Grimaldo se quedara con nosotros, no era justo aguantarle que hiciera lo que le diera la gana.
Lo que aprendí con Grimaldo es que nosotros no sabíamos nada acerca del comportamiento de los conejos. Pero aprendimos leyendo en una enciclopedia de animales. Descubrimos que entienden más de lo que parece, que son sociables y pueden familiarizarse con las personas. También les gusta explorar lo que está a su alrededor, por eso se meten en problemas y hacen cosas incorrectas. Para que no las repitan, hay que castigarlos. ¿A ti te gusta que te castiguen? Ya lo sé que no, pero que no te guste no quiere decir que no sea bueno para ti. ¿O crees que sería bueno para Grimaldo que le permitiéramos seguirse comiendo todos los cables que se le antojaran?
Cuando papá y mamá te corrigen, es para evitar que en el futuro te metas en líos. Es bueno para ti. Y Jesús también quiere que aprendas qué cosas hacen y no hacen sus amiguitos.
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La mala fama del avestruz
2017-03-04 - Menores
«Desde el cielo, Dios mira a los hombres para ver si hay alguien con entendimiento, alguien que busque a Dios» (Salmo 53: 2).
HAY QUE VER qué mala fama tiene el avestruz. ¿Alguna vez has oído la expresión «no escondas la cabeza bajo la tierra como el avestruz»? ¿Sabes para qué se utiliza esa frase? Para referirnos a las personas que, cuando tienen que enfrentar una situación difícil, un problema o una gran responsabilidad, se esconden. Es decir, que no afrontan las cosas, que son cobardes. Ahora la gran pregunta es esta: ¿De dónde sale esta expresión? ¿Es que acaso el avestruz, cuando se avecinan los problemas, esconde la cabeza bajo la tierra? Rotundamente, ¡¡¡no!!!
De hecho, esconder la cabeza bajo la tierra sería lo peor que el avestruz podría hacer Imagínate esta escena: un avestruz está en el pasto tranquilamente comiendo cuando, a la distancia, ve a un depredador Entonces, en lugar de usar esas maravillosas patas largas que el Creador le ha dado para echar a correr, esconde la cabecita pequeña que tiene bajo la tierra y deja todo su inmenso cuerpo afuera. ¿Pero qué sentido tendría eso? Sería una presa fácil para cualquier depredador, que se lo comería ahí mismitico. En realidad, esto nunca sucede así. Cuando un avestruz se ve amenazada por un depredador sale huyendo a toda velocidad, por eso ha sobrevivido tantos años y no se ha extinguido de la faz de la tierra. Es más, intenta acercarte a un avestruz para hacerle daño y verás cómo reacciona. Se volverá violenta contra ti. ¿Sabes qué? Mejor no lo intentes. Yo lo he visto y sé que es así, prefiero ahorrarte los golpes y evitar que tu papá salga corriendo detrás de mí con un palo.
Lo que ha generado este dicho injusto es que, para proteger a sus crías, la mamá avestruz hace agujeros en la tierra y deposita allí los huevos. Pero eso no tiene nada que ver con huir de las responsabilidades y los problemas. ¿Y tú? ¿Qué haces cuando tienes problemas y responsabilidades? ¿Huyes? ¿Te escondes para que no te encuentren? ¿O les haces frente con la ayuda de Jesús? Desde el cielo, Jesús siempre te está mirando, y esta mañana quiere decirte: «Yo siempre estoy contigo. Yo te ayudo, confía en mí. Juntos venceremos este problema que tienes».
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Yo reflejo la luz del «sol»
2017-03-05 - Menores
«Dios hizo las dos luces: la grande para alumbrar de día y la pequeña para alumbrar de noche. También hizo las estrellas» (Génesis 1: 16).
¿SABÍAS QUE LA LUNA no tiene luz? ¡¡¡En serio!!! La Luna, al igual que los planetas, no tiene luz propia. Entonces, ¿cómo es que la vemos tan luminosa desde la Tierra, especialmente cuando está en la fase de Luna llena? Porque la Luna refleja la Luz del Sol. O sea, que el mérito de la luz de la Luna no lo tiene la Luna, lo tiene el Sol. ¿Y cuál es el mérito de la Luna? Buena pregunta, ahora te la voy a contestar.
La Luna es algo así como un espejo gigante que refleja la luz del Sol sobre la Tierra, y por eso nosotros podemos verla tan luminosa cuando es de noche y en la Tierra todo es oscuridad. Ese claro maravilloso que genera la Luna y que nos permite ver un poco aunque sea completamente de noche, en realidad se debe al Sol. Es curioso, porque cuando es de noche, no se ve el Sol y, sin embargo, está haciendo su efecto sobre la Luna y nos beneficiamos todos de ello. Y ese es precisamente el mérito de la Luna: que nos ilumina a nosotros al reflejar la luz del Sol.
No sé si te has dado cuenta, pero esto es exactamente lo que Jesús quiere hacer por medio de ti. Jesús es la gran Luz que ilumina nuestro universo con su amor. Y tú y yo somos como pequeños satélites o astros que él ha creado y que ha colocado en la Tierra. Mucha gente vive en oscuridad porque no conoce a Jesús, así como cuando es de noche no podemos ver la luz del Sol. Y por eso Jesús nos ha colocado aquí donde estamos, para que iluminemos a nuestro alrededor, ¿Cómo? Muy sencillo: siendo espejos de su amor. Una cosa tienes que tenerla muy clara: la Luz grande es Jesús. Nosotros somos solo luces pequeñas que simplemente alumbramos porque estamos llenos de la luz de Jesús. Es increíble cómo el cielo nos ayuda a entender el amor de Dios, ¿verdad?
Recuerda siempre, dondequiera que vayas, que el mérito tuyo consiste en reflejar ante los demás el amor de Jesús. Y cada vez que mires al cielo, piensa en la Luna y en el Sol como símbolos del amor de Jesús por nosotros y de nuestro amor por él.
Jesús es tu polígrafo
2017-03-06 - Menores
«Nunca digan mentiras tus labios» (Salmo 34: 13).
UN DÍA, un pastor vio a un grupo de niños hablando alrededor de un perrito que se habían encontrado perdido.
-¿Qué hacen, muchachos? -les preguntó el pastor.
-Diciendo mentiras -contestó uno de los niños-. El que diga la mentira más grande, se quedará con el perrito.
-Cuando yo tenía la edad de ustedes, jamás se me ocurrió decir una mentira -comentó el pastor.
-Creo que el pastor se ganó el perro -dijo uno de los niños.
Es triste reconocerlo, pero todos hemos mentido alguna vez. Ahora bien, que lo hayamos hecho, no quiere decir que debamos seguir haciéndolo. Mejor es no mentir. ¿Has oído hablar del polígrafo? Esta palabra tan extraña es el nombre de una máquina que se ha inventado para detectar mentiras. Cuando te sometes a ella, si no dices la verdad todos se darán cuenta. ¿Te gusta que la gente te llame mentiroso?
El polígrafo mide el ritmo de tu corazón, la frecuencia de tu respiración y el sudor de tu piel. Cuando tu corazón y tu respiración se aceleran, y empiezas a sudar, el polígrafo se da cuenta y lo registra como que estás mintiendo. Esto se debe a que, cuando mentimos, nos ponemos nerviosos, y la forma en que el cuerpo responde cuando estamos nerviosos es palpitando más rápidamente el corazón, respirando nuestros pulmones más aceleradamente y expulsando la piel un sudor frío. Ya ves, tú crees que nadie se da cuenta cuando mientes, pero hay una máquina que sí se da cuenta.
Pero no solo el polígrafo se da cuenta de cuándo mentimos. Mamá, papá, las personas que nos conocen, también se dan cuenta, aunque pensemos que no. Se dan cuenta porque, al vernos nerviosos, sudorosos, acelerados y con la respiración agitada, deducen que estamos ocultando algo. Y cuando tus amiguitos se enteran de que has mentido... ¡uy!, eso sí que es grave, porque no vuelven a confiar en ti.
Tal vez logres decir alguna mentira sin que te descubran tus papás, maestros o amigos, pero no sin que lo sepa Jesús. Jesús es como nuestro polígrafo. Por eso, antes de hablar, debemos recordar que Jesús sabrá si es verdad o no. ¿Quieres que Jesús te llame mentiroso?
Antes de dar un consejo...
2017-03-07 - Menores
«La humildad y la reverencia al Señor traen como premio riquezas, honores y vida» (Proverbios 22: 4).
UNA MADRE llevó a su hijo de seis años a la casa de Gandhi, ese célebre personaje de la India, y le suplicó:
-Por favor, dígale a mi hijo que deje de comer azúcar, porque es diabético y el azúcar le hace daño. A mí no me hace caso pero sé que a usted sí, porque lo admira.
Gandhi pensó por un momento y dijo:
-Lo siento, no puedo hacerlo ahora. Por favor, vuelvan dentro de quince días.
Muy sorprendida, la mamá le dio las gracias «por nada» y decidió volver en quince días. Cuando regresó, Gandhi miró al jovencito con autoridad y le dijo:
-Tienes que dejar de comer azúcar, porque te está haciendo mucho daño.
-De acuerdo, lo haré -se comprometió el muchachito.
La señora, entonces, preguntó a Gandhi, a solas:
-¿Por qué me hizo esperar quince días para decirle algo que le pudo haber dicho el primer día?
-Porque hace quince días yo comía azúcar, así que no podía pedirle a él que hiciera algo que yo no hacía. He pasado estos quince días sin comer azúcar y sé que es lo mejor para su cuerpo, por eso ahora puedo pedirle que no coma más azúcar
¡Qué humildad la de este hombre! ¡Qué sencillez! No aprovechó su autoridad y la admiración del muchacho para pedirle que hiciera algo porque sí. Primero necesitaba saber por sí mismo que lo que le iba a pedir era para bien. Nosotros a veces damos órdenes o consejos aunque nunca hemos estado en la situación en la que se encuentra el otro. Por eso, antes de hablar, tenemos que intentar entender lo que le está pasando y simpatizar con su experiencia. Solo entonces nuestras palabras podrán tener efecto. Eso es lo que hizo Jesús.
Jesús se hizo niño como tú y por eso entiende lo que te pasa y sabe lo que necesitas. En su Palabra te dice lo que debes hacer. Pero no te lo dice porque él es Dios y tiene autoridad, sino porque sabe que es lo mejor para ti.
Ojo al ladrón
2017-03-08 - Menores
«El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan 10: 10).
UN DÍA, alguien llamó a la puerta de la casa de mi tía y, al abrir, dos hombres se identificaron como trabajadores de la compañía telefónica. Dijeron que habían recibido informes de un daño en el cable telefónico y que estaban verificando para identificar la avería. Tan pronto los hombres entraron a la casa sacaron un arma, encerraron en el baño a todos los que se encontraban dentro, los amarraron y luego fueron cuarto por cuarto llevándose todas las cosas de valor que encontraban.
Precisamente ese día había yo decidido ir a visitar a mi tía. Así que, en compañía de mi esposo Jonathan, nos pusimos en camino. Cuando íbamos llegando, dos hombres estaban saliendo de la casa de mi tía. Nos saludaron amablemente, les devolvimos el saludo y siguieron de largo. Nosotros creímos que serían amigos de la familia, pero no: ¡¡¡Eran los ladrones!!! Menos mal que no lo sabíamos. Timbramos varias veces y nadie nos abría la puerta, lo cual nos pareció bastante raro. Ya nos devolvíamos cuando observamos que alguien asomaba la cabeza: era mi prima. Nos abrió y nos dijo con cara de susto:
-¡Nos robaron! ¿Vieron a los ladrones?
—¿Eran dos? —pregunté yo.
-Sí, eran dos.
-Increíble -comenté-, acabamos de saludarlos.
Qué ironía, ¿no te parece? Pues sí, es irónico, igual que nuestra relación con el pecado. El pecado es también un ladrón que, con engaños, viene a robarte la paz, la salud, los amigos, tu relación con Jesús, tu inteligencia, tu utilidad para la sociedad y, si le dejas, te robaría hasta tu vida. Lo irónico del caso es que nosotros lo saludamos, nos ponemos a conversar con él y le prestamos atención. Entonces, caemos en pecado.
¿Sabes qué? La próxima vez que el pecado quiera saludarte y conversar contigo para atraparte, no le prestes atención. Recuerda que es un ladrón, que lo único que desea es robarte tu amistad con Jesús y todas las cosas de valor que puedes hacer como cristiano en este mundo. Al enemigo, ni agua.
Que no te echen al mar
2017-03-09 - Menores
«Jesús dijo a sus discípulos: “No se puede evitar que haya incitaciones al pecado; pero ¡ay del hombre que haga pecar a los demás! Mejor le sería que lo echaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, que hacer caer en pecado a uno de estos pequeñitos"» (Lucas 17:1-2).
SE CUENTA QUE, en la época de Alejandro Magno, hubo un marinero llamado Diómedes que recorría los mares en una galera atacando navíos, saqueando cargamentos. Era un pirata. Por sus muchas fechorías, Diómedes fue apresado y enviado ante la presencia de Alejandro Magno, el gran conquistador.
-¿Cómo te has atrevido a perturbar los mares de esa forma? -quiso saber Alejandro Magno.
-Creo que esa pregunta está equivocada -repuso el pirata-, más bien debería preguntarse usted a sí mismo cómo se atreve a perturbar la tierra.
-¡¿Pero qué dices?! -exclamó Alejandro, enojado.
-Déjeme que me explique -comenzó a responder Diómedes el pirata-. Yo no poseo más que una galera, y por lo tanto no puedo hacer gran daño, mientras que usted es el jefe de un gran ejército y va llevando por todas partes la guerra.
Esas palabras hicieron reflexionar a Alejandro, que decidió conceder grandes honores a aquel pirata por su inteligencia. Le dio riquezas con la condición de que dejara de robar y se convirtiera en un hombre honrado. Esas palabras también me hacen reflexionar a mí. Me hacen darme cuenta de que, cuanto más elevado sea el puesto que ocupo, cuantos más amigos y amigas tenga, cuanta más gente haya que me quiera y me admire, más responsabilidad tengo yo de hacer el bien.
A veces pensamos que vivimos para nosotros mismos, que nadie nos observa y que a nadie le importa lo que hagamos, pero no es así. La gente nos mira, se fija en lo que hacemos y decimos. Todos tenemos influencia sobre los demás. No existe una sola persona en el mundo que no influya sobre nadie. Ahora bien, no es lo mismo ser el delegado de la clase, o el maestro de Escuela Sabática, que ser una persona que pasa desapercibida. Aunque todos debemos ser prudentes, quienes ejercemos más influencia debemos ser todavía más cuidadosos.
El dolor no es para siempre
2017-03-10 - Menores
«Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir» (Apocalipsis 21: 4).
HACE TIEMPO murió una amiga mía a la que quería muchísimo. No pasa un solo día que no me acuerde de ella. Muchas veces he llorado al recordarla, porque su ausencia me produce una tristeza que no puedo explicar con palabras. Más que tristeza es dolor; un dolor profundo. Lo único que alivia mi dolor es pensar que, algún día, Jesús la resucitará y estaremos juntas en la tierra nueva, para retomar nuestra amistad donde la dejamos.
Todos los días estamos expuestos al dolor. Puede tratarse del dolor de una pérdida, como que se te haya muerto alguien querido. Pero puede tratarse también de dolor en alguna parte del cuerpo. ¿A quién no le ha dolido la cabeza alguna vez? ¿O las muelas? ¿O la pierna o un brazo porque nos hemos dado un buen golpe? Si el dolor es aislado, que dura un momento y se va, no le damos tanta importancia; pero si nos dura muchos días, entonces ya tenemos que ir al médico. Puede tratarse de algo grave y ellos pueden saberlo con la tecnología tan avanzada que tienen. Y ayudarnos a curarnos.
¿Sabes cómo funciona eso del dolor? El dolor es un mecanismo de defensa. Cuando a nuestro organismo le está pasando algo malo, nuestro sistema nervioso envía un mensaje al cerebro por medio del dolor, y así es como entendemos nosotros que algo falla y que debemos solucionarlo. Aunque el mecanismo del dolor es positivo porque nos avisa que algo va mal, el dolor en sí mismo es negativo, porque nos recuerda que vivimos en un mundo de pecado. Ya Jesús nos avisó: «En el mundo, ustedes habrán de sufrir» (Juan 16:33). Pero lo bueno del asunto es que el versículo no termina ahí, Jesús añadió: «Pero tengan valor: yo he vencido al mundo».
Qué importante es que confíes en las palabras de Jesús. Si ahora estás pasándolo mal porque tienes alguna enfermedad, o te duele algo, o se te ha muerto una persona muy allegada a ti, recuerda que ese dolor no durará para siempre. Recuerda que Jesús ha prometido que viviremos en una tierra nueva, donde no habrá más dolor ni más llanto, porque no habrá pecado. ¡¡¡Es una promesa!!!
Pilar, la «soplona»
2017-03-11 - Menores
«No cometan pecado. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un defensor, que es Jesucristo, y él es justo» (1 Juan 2: 1).
CUANDO ESTABA EN PRIMARIA, mi mejor amiga era Sandra; pero al pasar a secundaria, a Sandra le tocó en otro salón, así que me hice amiga de dos compañeras de clase: María Claudia y Ana María. Pero en nuestro mismo salón había una niña, de nombre Pilar, que casi no tenía amigas. ¿Sabes por qué? Porque no era sincera.
Cada vez que Pilarse «hacía amiga» de alguien, era para espiar. Le gustaba escuchar las conversaciones de esa niña con las demás niñas del grupo y, si oía algo que podía divulgar, lo hacía. Un día, nuestro grupo de tres se vio muy afectado por unos comentarios de Pilar. Resulta que a mí me iba bastante mal en matemáticas; a María Claudia, le iba mal en ciencias; y a Ana María, en educación física. Por eso Pilar se inventó que nosotras tres estábamos enojadas con los maestros de esas materias y que nos pasábamos el día hablando mal de ellos. ¡¡¡Qué te parece!!! Y por si eso no fuera suficiente, fue a hablar con cada uno de los maestros para acusarse de que nosotras hablábamos pestes de ellos. ¡¡¡Pero era mentira!!! Los maestros nos reclamaron a nosotras tres, y se formó un gran problema. Después se solucionó, pero a Pilar no quisimos volver a hablarle nunca más.
Nosotras no fuimos las únicas que tuvieron problemas por culpa de Pilar. Todo el salón los tuvo. Pilar le decía a una niña que las otras le tenían envidia, y ya se formaba otro pleito. A veces, nuestra tutora tenía que llamar a los padres porque no sabía qué más hacer. A Pilar todos la llamábamos «soplona», porque le gustaba acusar a los demás.
Nunca más he sabido nada de la vida de Pilar, ojalá haya cambiado su peligroso modo de ser ¿Por qué digo peligroso? Porque Satanás es al que le gusta acusar a los demás. Para los que creemos en Jesús, acusar está prohibido, porque no es una de las características de un cristiano. Menos mal que Jesús es nuestro defensor cuando el enemigo nos acusa.
¿Qué te parece si hoy le damos gracias a Jesús por defendernos y le damos nuestra palabra de que nunca acusaremos a nadie?
SSer adicto no siempre es malo
2017-03-12 - Menores
«Si te das a ti mismo en servicio del hambriento, si ayudas al afligido en su necesidad, tu luz brillará en la oscuridad» (Isaías 58: 10).
«SOY ADICTO A AYUDAR A LOS DEMÁS. No tengo tiempo para ir a partidos de futbol, a mí lo que me gusta hacer en la vida es ayudar a quien lo necesita». Estas son palabras de Sal Dimiceli, que escribe una columna en un periódico de Wisconsin. Sal tiene sesenta años, se dedica a la compra-venta de casas y le va muy bien económicamente. Desde hace años dedica su tiempo libre a ayudar a los demás. Ha logrado proveer comida, renta, luz y agua a más de quinientas familias pobres.
Cada semana, recibe una media de treinta cartas de gente de su ciudad, y entonces hace tres cosas:
1. Investiga si lo que cuentan en la carta es cierto.
2. Después visita a esas personas para comprobar por sí mismo cuáles son las circunstancias en las que viven. Si alguno es drogadicto o alcohólico, entonces lo deriva a programas donde puedan ayudarle, pero no le da dinero.
3. Y lo último que hace es abrir el refrigerador de la casa, para ver hasta qué punto llega la necesidad de ese hogar. Si no hay nada de comida, debe actuar con urgencia.
¿Qué te parecen los métodos de Sal? ¿Qué te parece a qué dedica su tiempo libre? ¿Cómo crees que debe ser de grande el corazón de este hombre? ¿Acaso crees que no tiene nada mejoren lo que gastar su dinero? Bueno, aparentemente no. Porque a él, lo que le hace más feliz en la vida, es ayudar a los demás. ¿Por qué? Porque sabe lo que es ser pobre. De niño no tenía nada de nada y, cuando cumplió doce años comenzó a trabajar Entonces le prometió a Dios: «Si algún día tengo dinero, lo gastaré en ayudar a los demás». ¿Sabes qué? Ha gastado prácticamente todo lo que ha ganado en su vida para cumplir esa promesa. ¡Eso sí que es cumplirlo que uno promete!
Dicen que las adicciones son malas, pero ¿qué me dices de esta? ¿Puede ser malo ser adicto a ayudar a los demás? Todo lo contrario. Sal está brillando con una luz increíble. ¿Qué te parece si intentas brillar tú también?
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CUno sí, pero... ¿¡ocho toneladas!?
2017-03-13 - Menores
«Lo que el Espíritu produce es [...] dominio propio. [...] Si ahora vivimos por el Espíritu, dejemos también que el Espíritu nos guíe» (Gálatas 5: 22-25).
¿RECUERDAS LA HISTORIA de Moisés y las plagas de Egipto? Cuando la leemos en el Antiguo Testamento imaginamos algo como una película de ciencia ficción. Cuesta creer que alguna vez sucedió, pero sin duda fue real. Y más nos cuenta imaginar que algo así pudiera pasar hoy, ¿Dónde se ha visto una plaga que cubra toda una ciudad y haga imposible la vida normal? Pues déjame hablarte de un lugar de Perú llamado Olmos.
En Olmos, en 2008, hubo una plaga de grillos. ¡¡¡Ocho toneladas de grillos tuvieron que ser erradicadas del centro de la ciudad!!! ¿Sabes cuántos grillos hay que juntar para que sumen ocho toneladas? Muchísimos. Una plaga en toda regla. Los árboles y las bancas de la plaza central estaban plagados de esos insectos. Las calles estaban atestadas de grillos correteando por todas partes. Los dueños de negocios tenían que barrer frente a sus puertas para que la gente pudiera entrar sin pisar cientos de grillos.
Te preguntarás a qué se debió la plaga. Se cree que a los tres meses de intensas lluvias que hubo en la zona. ¿Y cómo se deshicieron de tantos millones de insectos? Primero, fumigaron. Después, limpiaron y barrieron la ciudad, para llevarse a los grillos que quedaban. Las ocho toneladas de insectos que se recogieron fueron trasladadas a un terreno baldío, donde los quemaron. Y se decidió cortar la luz durante la noche por un tiempo, pues la luz atrae a los grillos. En fin, todo un trabajo en equipo liderado por el alcalde y secundado por todos los habitantes.
Tal vez tú te preguntes: ¿Y qué tiene de malo un simple grillito? ¿Por qué iban a querer matarlo? Bueno, uno solo no tiene nada de malo. De hecho, es lindo (si es que quieres verle el lado bueno), y hace un ruidito que a todos nos encanta. ¡Pero ocho toneladas!
Hay cosas que, en sí mismas son buenas, pero en exceso son malísimas. Pasa en la alimentación. Comer manzanas es bueno, pero pasarse el día comiendo manzanas... es malísimo. Y pasa con todo. Una cosa, una vez, puede ser buena, pero todo el tiempo, y en exceso, es mala. Por eso debemos tener cuidado con los excesos.
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COlvídate de la recompensa
2017-03-14 - Menores
«Cuando tú des un banquete, invita a los pobres, los inválidos, los cojos y los ciegos; y serás feliz. Pues ellos no te pueden pagar, pero tú tendrás tu recompensa el día en que los justos resuciten» (Lucas 14: 13-14).
HACE TIEMPO, alguien me ofreció que me alojara en su casa mientras cursaba unos estudios en la ciudad. Esa persona no me pidió que le pagara ningún tipo de renta por quedarme allí, y con ese acuerdo acepté la oferta.
En aquellos días yo disponía de muy poco tiempo para hacer cosas en la casa, ya que salía a la mañana bien tempranito y no regresaba hasta la noche. Cuando volvía, después de una larga jornada de trabajo, la persona que me invitó a quedarme me esperaba para quejarse. Me decía que todo estaba muy sucio, que había platos por fregar, que las ollas no estaban bien lavadas... Básicamente me estaba pidiendo, sin pedírmelo, que yo limpiara la casa. Pero si lo hacía, no me quedaba tiempo para entregar mis trabajos al día siguiente. Recuerdo que yo pensaba: «Está bien que ayude, pero también necesito tiempo para hacer mis tareas». Al final de mi estancia, la persona me pidió que le regalara un perfume muy costoso; o sea, que no me había cobrado nada pero esperaba recibir algo a cambio. Esperaba que yo limpiara y que le regalara algo en lo que ella no quería gastar su dinero. ¿Tú dirías que eso es no esperar nada a cambio?
Gracias a esa experiencia yo aprendí algo que, aunque está en la Biblia, hasta el momento no me había detenido a pensarlo. Jesús nos dice que cuando hagamos algo por otra persona, bien sea invitarla a una fiesta o ayudarla en alguna necesidad, no debemos fijarnos en si la persona tiene o no con qué pagarnos. Que si hacemos un favor a alguien, debemos hacerlo sin esperar nada a cambio. No debemos relacionarnos con los demás pensando qué provecho podremos sacar de ellos, porque esa es una visión egoísta de la vida. Cuando ayudemos a otra persona, hagámoslo de manera desinteresada.
Jesús dice que no nos preocupemos por lo que vamos a recibir, porque la recompensa que importa es la que él nos dará cuando vuelva a buscarnos. ¿Qué te parece si desde hoy empezamos a poner en práctica este principio?
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LComo percas trepadoras
2017-03-15 - Menores
«Sin mí no pueden ustedes hacer nada» (Juan 15: 5).
EXISTE UN PEZ EN ASIA que se llama perca trepadora. ¿Trepadora? Sí, ya sé que es sorprendente que un pez se asocie con trepar, porque los peces no trepan. Bueno, la perca sí trepa, por eso es especial.
Las percas, como todos los demás peces, nadan en el agua, pero cuando el estanque en el que viven comienza a secarse, ellas no se van para otro lado, sino que permanecen allí en el fango todo el tiempo que les resulta posible. A veces, hasta seis meses viven en el barro, donde ningún otro pez podría sobrevivir. Cuando ya no pueden vivir más en ese lugar porque el agua se ha evaporado por completo, entonces las percas trepan por las orillas del estanque y se dirigen hacia algún lugar donde haya suficiente agua. Muchas veces se trasladan en grupos más o menos grandes y es curiosísimo verlas fuera del agua, caminando por tierra como si fueran de excursión. Y pueden sobrevivir así, de excursión y fuera del agua, hasta un total de seis días. ¡Es increíble! Lo que mataría a todos los demás peces, es lo que les permite a ellas sobrevivir.
¿Cómo consiguen las percas trepadoras esto tan increíble? Porque tienen un cuerpo ondulado que les permite desplazarse; porque tienen un órgano llamado «laberinto» que les permite respirar en el aire; y porque tienen unas aletas en el pecho que les permiten arrastrarse por el piso, fuera del agua. Mientras las branquias de las percas estén húmedas, podrán sobrevivir. Algunos biólogos han visto a percas subiéndose a los árboles para comer insectos o para tomar un poco del agua que hay en las hojas. ¡Me encanta la lucha de este pez por sobrevivir!
Desde el punto de vista de nuestra relación con Jesús, haríamos bien en aprender de las percas trepadoras, ¿A qué me refiero? A que deberíamos hacer todo lo que sea necesario para no romper nunca nuestra relación con Jesús. Todo esfuerzo es poco por mantener viva la fe. Las cosas que a otros les haría perder su confianza en Dios no tienen por qué hacérnosla perder a nosotros. Tú, como la perca trepadora, haz todo lo que sea necesario para mantenerte vivo y fuerte espiritualmente.
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ETres en uno
2017-03-16 - Menores
«Vayan, pues, a las gentes [...] y bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» (Mateo 28: 19-20).
¿HAS VISTO CÓMO HIERVE EL AGUA? Se le ven burbujitas, ¿cierto? Mucha gente cree que cuando el agua hierve deja de ser agua, pero no es así, lo que sucede es que pasa de estado líquido a gaseoso, pero sigue siendo agua. El agua puede estar en tres estados: sólido, cuando está congelada (hielo); líquido, que es como la bebemos o la usamos para bañar nos; y gaseoso, que es el vapor que sale cuando la hervimos. Cuando es sometida a temperaturas extremas, el agua no se mantiene líquida. Si recibe mucho frío, se solidifica; pero sigue siendo agua. Si recibe mucho calor entra en ebullición y le salen burbujitas, entonces se convierte en vapor; pero sigue siendo agua. Parece difícil de entender, ¿Cómo es posible que se vea de tres maneras tan diferentes y que siga siendo la misma agua? Qué misterio, ¿verdad?
Lo mismo sucede con el misterio de la Trinidad. Dios es tres personas distintas: Dios el Padre; Dios el Hijo; y Dios el Espíritu Santo. Es un solo Dios, pero tiene tres formas diferentes y realizan obras distintas. Es un misterio maravilloso. Cómo nos sorprende Dios con las cosas que hace, ¿verdad?
Esto es lo que dicen las creencias 2, 3 y 4 de las creencias funda mentales de la Iglesia Adventista (léelo atentamente, para que nunca lo olvides): «Creo que el Dios que me ama son tres personas en una: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cada uno me enseña a vivir una vida mejor y con un significado más pleno. Dios el Padre nos mantiene con vida; es bondadoso y perdonador, y jamás me abandonará. Dios el Hijo, Jesús, creó este mundo y todo lo que hay en él. Hace dos mil años vino como un niño, vivió una vida sin pecado y murió en una cruz para que algún día yo pueda vivir para siempre con él en el cielo. Dios el Espíritu Santo me habla mediante esa suave y tranquila vocecita que escucho en los momentos en que siento temor, tristeza o soledad. Él me dice que no me preocupe, porque todo saldrá bien. También intenta enseñarme la diferencia entre el bien y el mal, haciendo que me sienta culpable cuando cometo algún pecado; y gozoso cuando decido obedecer la ley de amor de Dios».
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EJesús, ábreme los ojos para que entienda
2017-03-17 - Menores
«Abre mis ojos, para que contemple las maravillas de tu enseñanza» (Salmo 119:18).
EN UNA OCASIÓN estaba yo en el supermercado, haciendo fila para pagar, cuando delante de mí una señora mayor recibió una llamada telefónica. Al contestar el teléfono dijo, mientras tocaba con la otra mano los bolsillos de su ropa buscando algo: «Hola, mi amor, no encuentro el celular. Lo estoy buscando por todas partes pero qué va, no sé dónde lo he puesto». Cuando se dio cuenta de que estaba hablando por el celular, se echó a reír a carcajadas. Yo, que lo había visto y oído todo, tampoco podía contener la risa. ¿Te imaginas? Aquello fue divertidísimo.
En la Biblia también se habla de varios personajes a los que les sucedió algo parecido a la señora del supermercado. Uno de ellos es Agar. Esta mujer, por tener los ojos llenos de lágrimas, no veía el manantial que estaba delante de ella y Dios tuvo que abrirle los ojos para que pudiera verlo. ¿Y qué me dices de Sansón? A él le ocurrió lo mismo: tenía sed y Dios le abrió una fuente para que pudiera calmar su sed, pero al inicio Sansón no la veía sino que Dios tuvo que abrirle los ojos para que se diera cuenta. También Balaam tuvo delante de él a un ángel del Señor que incluso su burra podía distinguir. Sin embargo él, cegado por sus propios pensamientos y deseos egoístas, no podía ver lo que tenía enfrente. Fue necesario que Dios le abriera los ojos para que pudiera percibir lo que estaba sucediendo.
Muchas veces nosotros leemos la Biblia pero no entendemos las palabras que tenemos delante; como que son un poco complicadas, o quizás aburridas. No entendemos muchos de sus pasajes, pero aunque no veamos en seguida lo que Dios nos quiere enseñar por medio del texto bíblico, si lo lees nuevamente y le pides a Jesús que te ayude, estoy segura de que abrirá tus ojos y te mostrará una hermosa lección.
A tu edad, tal vez te resulte muy difícil entender ciertos pasajes bíblicos, por eso es tan importante que alguien que conozca bien la Palabra de Dios te la explique. Y también es muy importante que le pidas todos los días a Jesús que te abra los ojos para que puedas entender su mensaje. ¿Qué te parece si se lo pides ahora mismo?
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VYo quiero estar donde me quieren
2017-03-18 - Menores
«Ámense como hermanos los unos a los otros» (Romanos 12: 10).
NO SÉ SU NOMBRE. Solo sé que tenía once años y asistía siempre con sus papás a la misma iglesia. Aquella era la iglesia que más cercales quedaba de su casa. Pero un día, su papá decidió mudarse de vecindario, porque lo habían trasladado en el trabajo. La nueva casa estaba a unos seis kilómetros de distancia de la anterior, por eso la familia decidió asistir a una nueva iglesia. Así fue como se trasladaron todos a la iglesia que estaba más cerca de su nuevo hogar. Todos menos uno. El muchacho, de solo once años, decidió seguir asistiendo a la misma iglesia de siempre. Para eso tenía que buscar soluciones: ir caminando, pedir que alguien lo llevara, o encontrar quién lo acompañara en autobús. Fuera lo que fuera que tuviera que hacer, él nunca faltaba a su cita con su iglesia de siempre.
Un día, una mujer le preguntó:
-¿Por qué sigues viniendo a esta iglesia, cuando tienes una al lado de tu casa y en el camino hacia aquí pasas por lo menos frente a otras cinco? Todas esas iglesias son tan buenas como esta, quizás puedas ira otra para no tener que viajar tanto cada vez.
-¿Tan buenas como esta? -comentó el muchacho-. Tal vez sean tan buenas como esta pero no son tan buenas para mí.
-¿Ah no? —quiso saber la mujer-. ¿Y por qué no?
-Porque aquí, la gente me quiere.
«Porque aquí la gente me quiere», qué hermosa frase. Qué importante es sentirse querido tal como uno es. Cuando uno siente que lo aman, lo respetan y lo tratan bien en un lugar, seguro que querrá volver a ese lugar. Sentirse querido y aceptado es lo mejor que nos puede pasar en la vida. ¿Quieres ser cristiano de verdad? Ama a los demás. Así de sencillo lo dijo Jesús, y es un truco que nunca falla.
Tal vez cuando vas a la iglesia los sábados no te detienes a observar a la gente para ver si se sienten a gusto. Este sería un ejercicio interesante que puedes hacer hoy sábado. Intentar descubrir si hay alguien en tu clase de Escuela Sabática que tal vez se siente solo o poco valorado. Puedes hablarle, mostrarle cariño, y entonces marcarás la diferencia. Si se siente querido, no querrá irse a ninguna otra parte.
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LSolo hace falta una sonrisa
2017-03-19 - Menores
«Sigan ustedes mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo» (1 Corintios 11: 1).
UN DÍA, un pastor se acercó a un joven de su iglesia y le dijo:
-¿Ves a esa familia que se sienta en el primer banco? ¿Quieres saber cómo se convirtieron?
-Sí, me encantaría -respondió el joven.
-Se convirtieron por una simple sonrisa -respondió el pastor.
-¿Qué? ¿Pero eso es imposible? Por favor cuénteme cómo sucedió -quiso saber el muchacho.
-Pues un día iba yo caminando por la calle cuando vi que, tras una ventana, se asomaba un niño de unos diez años. Me sonrió y yo le sonreí, y lo saludé a la distancia. Al día siguiente volvía pasar por allí, y esta vez el niño de la ventana estaba acompañado de otro niño. En cuanto los vi, les sonreí con entusiasmo y los saludé a la distancia. Ellos me devolvieron el saludo. Al otro día había una persona más con ellos, y de nuevo les sonreí, los saludé y seguí mi camino. Pero al otro día, detrás de la ventana estaba la familia al completo, incluida la mamá. Cuando vi a la mamá, le dediqué una sonrisa especial, un saludo especial, y me detuve a mirarla un poco más de tiempo. Luego, seguí mi camino.
-¿Y qué más pasó? —escuchaba el joven con impaciencia.
-Al día siguiente, yo me dirigía a la iglesia y los niños me siguieron. Me escucharon predicar y pensaron que yo era el mejor predicador del mundo. Aunque, ¿te digo la verdad? El sermón mío que más les gustó, fue un sermón sin palabras. Fue mi sonrisa la que los conquistó. Ahora asisten a la iglesia los tres hijos, el papá y la mamá.
¿Te das cuenta? A veces, el mejor sermón que podemos predicar acerca de Jesús es simplemente ser amables. Un gesto de generosidad, una sonrisa, una palmadita en el hombro, pedirle a un niño que está solo que juegue contigo, ofrecer tu bebida a alguien que no tiene qué beber... son miles las pequeñas cosas que podemos hacer que mostrarán a la gente cómo es Jesús. Para ser un gran predicador, solo tienes que mostrar pequeños gestos que indiquen que Jesús vive en tu corazón.
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¿¿Tú sabes cómo es Dios?
2017-03-20 - Menores
«No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni les rindas culto» (Éxodo 20:4-5).
CUANDO YO ERA PEQUEÑITA, mi mamá era católica y me llevaba con ella a la Iglesia de San Roque. A la entrada había una estatua, ante la que todo el mundo se arrodillaba. Los dedos de los pies de la estatua estaban desgastados, porque la gente los tocaba y les daba besos; eso hacía que la pintura se le fuera borrando. A mí, aquello, me parecía raro.
Cuando tenía seis años, vivíamos frente a otra iglesia que tenía en la entrada principal una estatua de Jesús con los brazos extendidos. Todos los días yo miraba aquella imagen, pero un día ocurrió algo que me impresionó. Hubo un aguacero terrible en la ciudad, con unos rayos y unos truenos escalofriantes, y esa tarde, mientras yo miraba por la ventana, cayó un rayo que partió un brazo de la escultura. Los pedazos cayeron en la terraza de mi casa y, cuando dejó de llover, los agarré en mis manos. Me parecía extraño que el Dios del cielo hubiera hecho pedazos al mismo Dios. Pero claro, yo no sabía que no era el mismo Dios.
Cuando yo tenía siete años, mi mamá conoció la Iglesia Adventista. Al visitarla por primera vez, me fijé en que no había imágenes. Incluso llegué a pensar, con mi mente de niña, que allí no estaba Dios. Hasta que alguien me explicó los Diez Mandamientos, que aparecen en Éxodo 20. Allí dice bien clarito que a Dios no le gusta que nos hagamos imágenes de lo que hay arriba en el cielo, por la sencilla razón de que nadie sabe cómo es Dios. ¿O tú sí sabes cómo es Dios?
En realidad, nadie sabe cómo es Dios; por eso ¿cómo nos vamos a atrever a hacer una imagen de él? A Dios nadie lo ha visto jamás, por lo tanto no es lógico querer representarlo con una imagen. Y tampoco es lógico adorar esa imagen, que no es Dios.
A veces tenemos ídolos de carne y hueso, como artistas de cine, cantantes o deportistas, pero ¿sabes algo? Jesús se pone celoso si estamos pendientes de ellos. Adoremos solo a quien nos creó y a quien nos salvó.
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SUna mosquita muerta
2017-03-21 - Menores
«Una mosca muerta apesta y echa a perder el buen perfume. Cuenta más la tontería más ligera que la sabiduría más respetable» (Eclesiastés 10: 1).
¿CUÁLES SON LAS COSAS que peor huelen para ti? Para la mayoría de la gente, los olores más apestosos son: un camión lleno de cerdos, el mal aliento, el abono del campo, las axilas después de hacer ejercicio, los baños públicos, los huevos cocidos, la caca, los pies después de haber caminado todo el día. Ya me imagino la cara de asco que estás poniendo al leer, porque todas estas cosas realmente huelen fatal. Por eso son tan populares los perfumes, porque ponemos una cara muy alegre cuando algo huele bien. ¡Nos encanta!
¿Alguna vez has hecho un perfume? Si quieres intentarlo, aquí te doy la fórmula de uno artesanal. Necesitas: flores de romero, alcohol de 90 grados, un colador, dos botellitas de cristal, un trocito de papel dorado, tijeras y pegamento. Deja secar al sol las flores de romero; luego, desmenúzalas e introdúcelas en una botellita. Llena con alcohol la botellita de flores y déjala reposar así durante un mes. Entonces la cuelas y la pasas a otra botellita. ¡Listo tu perfume! En un recuadro de papel dorado le pones el nombre y se lo pegas al frasquito. ¡Y ya está! Mmmmm, qué deliciosa fragancia.
¿Pero qué sucedería si a tu exquisita fragancia le cayera una mosca muerta? Eso sería fatal: se echaría a perder. Pues el versículo de hoy nos dice que un perfume dañado por causa de una mosca que se ha caído en él se parece a una tontería que hace una persona que pensábamos que era sabia. ¿Y qué es una persona sabia? La Biblia nos dice que una persona sabia es la que conoce a Dios y lo honra con su vida (Proverbios 9: 10).
¿Quieres evitar hacer tonterías que te harán lucir como un perfume con una mosquita muerta adentro? Pues lee la Biblia. La Biblia te ayudará a ser prudente, y evitará que cometas errores tontos, o que te dejes llevar por quienes los cometen.
¿Quieres ser un buen perfume o una mosca muerta que estropea todo el perfume? Si lo que quieres es llevar una maravillosa fragancia dondequiera que estés, obedece lo que Jesús dice.
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CPapá y mamá: estetoscopios humanos
2017-03-22 - Menores
«Hijo mío, atiende la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre» (Proverbios 1: 8).
¿TE HAS FIJADO alguna vez en el aparato que lleva el médico colgado al cuello? ¿Sabes cómo se llama? Se llama estetoscopio. Pues aunque te parezca mentira, este aparato no siempre ha existido; fue inventado hace solo doscientos años por un médico francés llamado René Laénec. ¿Quieres saber cómo se le ocurrió la idea a este genial inventor? Pues fue así.
René era un hombre muy tímido, así que cuando tenía que examinar los latidos del corazón de una mujer para ver si estaba sana o enferma, le daba vergüenza poner su oreja en el pecho de ella. Por eso se le ocurrió la brillante idea de enrollar un cuaderno a manera de tubo, porque sabía que en las formas cilíndricas el sonido viaja mejor y se amplifica. ¿Cómo lo sabía? Lo sabía porque lo había leído en una revista. ¿Has visto lo importante que es leer?
Gracias a que Laénec creó el primer estetoscopio de madera, los médicos de hoy pueden «auscultar», es decir, «oír» el corazón, los pulmones o los intestinos. Así saben si estamos enfermos por dentro, aunque por fuera parezcamos sanos. ¿Verdad que suena divertido poder escuchar por unos instantes los latidos del corazón? Pero es más divertido que nos vaya bien y estemos sanos; cuando nos enfermamos nos sentimos tristes.
Ahora déjame decirte una cosa: tu papá y tu mamá son como un estetoscopio que Jesús pone en tu vida. ¿Por qué? Bueno, pues porque ellos te observan con amor para asegurarse de que todo está bien contigo, de que estás sano por dentro, de que no tienes ningún problema, y de que caminas de la mano de Jesús. El buen Dios te ha dado a tu mamá y a tu papá para que te corrijan y te guíen en la vida. Sus consejos son para ti la guía más segura que debes seguir antes de hablar y de actuar.
Cuando tu mamá y tu papá dicen que algo está bien, o que lo que has hecho está correcto, es porque estás siendo un niño o una niña fiel a Jesús.
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ESiempre limpios y perfumados
2017-03-23 - Menores
«Ponte siempre perfume en la cabeza» (Eclesiastés 9: 8).
¿SABÍAS QUE EXISTEN bolsas de basura perfumadas? De verdad que hay inventos de lo más interesantes. ¡Y este tiene mucho sentido! Porque mira que la basura huele mal, ¿eh? Fatal. Yo, a veces, cuando salgo a tirarla, voy todo el camino tapándome la nariz. Pero ya cada vez existen menos cosas en el mundo que huelan mal, porque para casi todas se ha inventado algo que elimine los malos olores. Así, tenemos ambientadores para el hogar o para el automóvil, friegasuelos perfumados, limpia muebles aroma de pino, y un largo etcétera de productos. Dios puso el sentido del olfato en el ser humano y es para que lo disfrutemos y evitemos los olores desagradables.
Déjame decirte que el hecho de que las cosas no huelan mal no es tan importante como que las personas no huelan mal. Es fundamental oler siempre bien. Oler a limpio, tal vez a colonia si es que nos gusta usar alguna. Definitivamente, oler mal hace que la gente se aleje de nosotros y no quiera estar a nuestro lado, ¿Y cómo vamos a tener amigos si olemos a rayos y truenos? Creo que en esto pensó Salomón cuando escribió, inspirado por Dios: «Ponte siempre perfume en la cabeza».
En los tiempos de Salomón, el método más eficaz para oler bien era ese, echarse perfume. Si trasladamos esta idea a nuestros días, nosotros disponemos de muchos más adelantos de los que había en la época del sabio Salomón. Nosotros podemos darnos una ducha diaria con agua corriente; podemos cambiarnos de calcetines y de ropa interior todos los días; disponemos de champús para el pelo, e incluso de productos para matar o prevenir los temibles piojos; hay muchos jabones que huelen muy bien, para que nos lavemos las manos antes de comer; y, ¿qué me dices de las pastas de dientes para niños que saben a fresa y traen dibujitos muy divertidos?
¡No podemos quejarnos! Para estar siempre limpios y evitar las bacterias; para tener nuestro cuarto arreglado y bien oloroso; para andar siempre perfumados, Jesús nos ha provisto muchos inventos. Así que no tenemos excusa para no estar pulcros y bien presentados. Y esto, para un joven cristiano, es superimportante.
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LEs de bien nacidos, ser agradecidos
2017-03-24 - Menores
«Quien libra mi vida del sepulcro, quien me colma de amor y ternura» (Salmo 103: 4).
EL 6 DE SEPTIEMBRE DE 1838, un barco llamado Forfashire se estrelló contra unas rocas y se partió en dos. La popa se hundió con cuarenta personas a bordo; en la proa quedaron a salvo ocho marineros, que lograron escapar en botes salvavidas y fueron rescatados a la mañana siguiente; los demás quedaron a merced de las aguas, en el oscuro mar. Todos estaban aterrorizados porque era de noche cuando ocurrió la tragedia y no sabían a qué distancia estaban de la costa.
Lo cierto es que estaban a una milla de distancia del faro de Longstone, en el que vivía un viejo marinero de mucha experiencia llamado Darling, con su esposa y su hija, de nombre Gracia. Ninguno de los tres podía dormirse aquella noche por causa del ruido de la tormenta. Gracia se subió al faro con un catalejo, un instrumento parecido a un telescopio pequeño, y vio a los náufragos que se abrazaban a los restos del barco. Sabía que no podrían aguantar mucho más, así que sin conocer a ninguno de ellos decidió ayudarlos.
El papá y la mamá de Gracia no querían que ella fuera a ayudarlos, porque iba a una muerte segura; era demasiado peligroso. Pero ella dijo: «Esas personas necesitan nuestra ayuda, o morirán». Al ver su decisión, el papá no quiso dejarla ir sola y fue con ella. Remaron con todas sus fuerzas en medio de las embravecidas olas y finalmente llegaron a donde estaban los náufragos. Los rescataron de una muerte segura. Ese fue un acto heroico, ¿Crees que aquellos pasajeros quedaron agradecidos a Gracia y a su papá? ¡Sin duda alguna!
¿Estás tú agradecido a Jesús por su acto heroico? El acto heroico de Jesús sucedió hace más de dos mil años. Jesús, que vivía tan feliz en el cielo rodeado de ángeles que lo adoraban, decidió venir a esta tierra para rescatarnos. Nosotros éramos unos «desconocidos» para él, y para salvarnos sabía que debía morir. Sin embargo, vino igual mente, y nos rescató de una muerte segura. No le importó morir por nosotros porque nos amaba y nos sigue amando.
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EMuchos nombres: un mismo Dios
2017-03-25 - Menores
«Nos ha nacido un niño, [...] y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz» (Isaías 9: 6, NVI).
¿SABES PORQUÉ ALGUNOS LUGARES, algunas personas o algunas cosas tienen los nombres que tienen? Por ejemplo, ¿sabes por qué el río Amazonas se llama así? Los conquistadores europeos le pusieron ese nombre porque, cuando llegaron allí, se encontraron con tribus nativas que les hicieron la guerra y, entre sus guerreros, había mujeres. Al ver a aquellas mujeres batiéndose en lucha contra ellos, los conquistadores recordaron a las famosas amazonas de la mitología. En la literatura antigua se hablaba de unas mujeres que desde niñas habían sido educadas para la guerra y que se llamaban «amazonas». Por esa razón pusieron ese nombre a ese río de Sudamérica, que por cierto es el más largo del mundo.
Y hablando de ríos, ¿sabes qué significa la palabra «Nilo» que da nombre al río más largo de África? Sí, ese mismo río en el que Moisés fue dejado por su mamá en un canasto para que no muriera a manos del faraón. Pues la palabra «Nilo», que viene del griego, significa «valle del río». Es interesante conocer el porqué de algunos nombres. Lo mismo sucede con los nombres de personas: algunos tienen significado. De hecho, antiguamente, a la gente de le ponía el nombre de acuerdo a su personalidad. Ahora ya no es así. Pero nuestros padres y amigos a veces nos ponen «apodos» que se basan en algún rasgo de nuestra personalidad o en algo que nos haya pasado. Por ejemplo yo, a una de mis hijas, le digo «lata», porque es la primera palabra que ella dijo cuando empezó a hablar. Otras veces le digo «Gatita», por sus claros ojos, que parecen de gata.
¿Sabes? A Jesús también se le llama con muchos nombres: Emmanuel, Cristo, Maestro, Señor, Rey de reyes, Mesías, el Ángel del Señor. Podemos invocar el nombre que más nos guste de todos los que se le aplican en la Biblia, y él nos entenderá, porque nos estamos refiriendo al mismo Jesús, destacando distintos aspectos de su personalidad y de su obra. Lo importante es que no digamos su nombre con frivolidad, como si no fuera importante; que no lo pronunciemos a la ligera, porque Jesús es Dios y merece nuestro respeto y nuestra reverencia. Su nombre no es cualquier nombre.
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LUn mundo mejor
2017-03-26 - Menores
«Al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo» (Efesios 4: 15, NVI).
CUANDO ESTABA en los últimos años de primaria, escuchaba algunas cosas en mi salón de clases que me ponían triste. Lo más triste de todo es que yo misma oía a mis compañeros decírselas a otros compañeros. Te las pongo aquí como ejemplo de lo que no debes decir jamás. Aunque te puedan parecer graciosas, son en realidad muy tristes. Quien las dice demuestra no tener amor, compasión ni respeto por nadie. Así que no las repitas ni en broma. Esas frases son:
«Te voy a dar dos medallas, una por tonto y otra por si la pierdes». «Para lo gordita que estás y el calor que hace en este salón, hay que ver lo poco que sudas». «¿Eres tú quien estaba tocando la guitarra? Pues tiene más ritmo un aguacero», «Para ser rubia, no eres tan tonta». «Todos jugamos un papel en la vida, el tuyo debe ser el de papel higiénico». «No eres un inútil total, por lo menos sirves de ejemplo de lo que no hay que hacer». «Eres tan fea que solo te guiñan el ojo los francotiradores». «Una vez tuve un perro más listo que tú». «Si la belleza es como una flor, tú eres tan fea como cinco pesos de cilantro». En fin, no sigo diciendo más porque todas son igual de crueles.
No sé por qué, pero a algunos jovencitos de tu edad les gusta dirigirse a los demás en estos términos tan horrorosos. Espero que no seas tú uno o una de ellos. Ridiculizar, humillar o insultar no debería ser nunca una opción. Dime, ¿qué se gana con burlarse de otro? Quizás si hubiera más jovencitos valientes que defendieran con inteligencia a quien recibe este maltrato, dejarían de decirse tonterías como estas. ¿Cómo crees que se siente la persona a la que le dicen cosas así? Tal vez sería, pero por dentro se siente muy triste.
Querido amigo, querida amiga, tenemos que ser sensibles hacia los demás, tratar a todo el mundo como queremos que nos traten a nosotros. Vivir con respeto, con amabilidad, con cortesía y educación. Eso, claro, si queremos que este mundo sea un mundo mejor ¿Pero es que acaso alguien quiere que este mundo sea un mundo peor?
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L¿Con quién jugaré hoy?
2017-03-27 - Menores
«Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas» (Mateo 7: 12).
¿ALGUNA VEZ te ha ocurrido que tenías ganas de jugar y había un montón de niños de tu edad, pero estabas solito y nadie iba a jugar contigo? Si alguna vez te ha ocurrido esto en el patio del recreo o en otro lugar, ya sabes que se pasa mal. Por esa razón, para que nadie se sienta solo sin tener con quién jugar, en la escuela Willowgrove de Canadá han hecho algo muy creativo.
Para evitar que haya alumnos que estén solos a la hora del recreo, o que tengan esa sensación de vacío de la soledad, inventaron un juego. El juego consiste en que, cuando un alumno se siente solo, debe ir a sentarse en un banco de color verde que se encuentra en el patio de la escuela. Se llama «el banco de la amistad», y en él debe aplicarse una regla muy sencilla: todo alumno que ve a alguien sentado en el banco verde debe intentar incluir al niño del banco en su grupo o en el juego al que está jugando, o simplemente ira hacerle compañía para que no esté solo.
¿Sabes qué? ¡Realmente funciona! Cuando les han preguntado a los niños que se han sentado en el banco alguna vez, todos dicen que en menos de dos minutos alguien fue a sentarse a su lado o a invitarlo a jugar. ¡Así de sencillo! De ese modo, en la escuela Willowgrove nadie está nunca solo a menos que, por supuesto, quiera estar solo. «Si no tienes amigos y no sabes con quién jugar, pues te sientas en el banco de la amistad y alguien va a venir a tu encuentro», dicen los estudiantes que lo han probado.
¿No te parece una manera muy original de hacer amigos y superar la soledad? Si alguna vez te has sentido solo en tu escuela o en otro lugar sabrás valorar que alguien vaya a ayudarte, invitándote a jugar o a conversar. Por eso te animo a que seas creativo y busques formas en que puedes ayudar a chicos de tu escuela que se sienten solos. No seas de los que simplemente dejan que las cosas sigan siendo como siempre han sido. Ingéniatelas para que, donde tú estás, todos estén bien y contentos. Con un simple juego, con un acto de amistad, puedes mejorar tu escuela, tu iglesia o tu vecindario.
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FQue nada te deje de piedra
2017-03-28 - Menores
«Te recomiendo que avives el fuego del don que Dios te dio [...]. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder» (2 Timoteo 1: 6-7).
QUIERO HABLARTE de una cosa increíble de la naturaleza. Yo acabo de verla en un video que ha revolucionado las redes sociales. Es la imagen de un pez que está duro como una piedra porque ha sido congelado en un congelador como el que tienes en casa. Así aparece en la imagen, tieso como un trozo de piedra, duro y... ¿muerto? Eso parece, pero no; cuando lo ponen en agua caliente, revive y vuelve a nadar como si nada hubiera pasado. ¿No te lo crees? No me extraña, yo tampoco me lo creí cuando me lo contaron, pero lo comprobé por mí misma. El video solo dura dos minutos y se puede ver, por ejemplo, en esta página: http:// www.eluniversal.com.mx/articulosmundo/2016/01/26/video-pez-Congelado-revive-al-ser-colocado-en-agua-caliente.
Si ves el video te darás cuenta de que el pez, después de haber sido congelado, no vuelve a revivir inmediatamente una vez lo echan en agua caliente, sino que tarda un poco en recuperarse y volver a nadar. ¡Pero lo hace! Cuando uno creería que estaba muerto, resulta que no lo está, y que el calor lo vuelve a su alegría y jugueteo habituales. Pues déjame decirte que ese pececito se parece mucho a nosotros. Hay algo que a todos nos deja de piedra, rígidos como una roca, fríos como un pez congelado; ese algo es la crítica. Cuando alguien nos critica duramente o nos insulta, o dice algo de nosotros que no nos gusta y es injusto, lo sentimos como un jarro de agua fría. Nos quedamos de piedra, dolidos, y eso condiciona todo lo que hacemos, porque no queremos que nos vuelvan a criticar Nos duele tanto que, durante un tiempo, tenemos miedo de volver a hacer algo porque no queremos que nos vuelvan a hacer daño con otra crítica feroz. Pero ¿sabes qué? Cuando Jesús es tu mejor amigo, las críticas de los demás no tienen por qué paralizarte. Puedes estar convencido de que Jesús reavivará tu autoestima y tu ilusión, para que vuelvas a ser tú mismo a pesar de que otro te critique.
No permitas que nada te deje de piedra. Tú, confía en Jesús. Él es el que te da vida e ilusión, y eso nadie puede robártelo.
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29Qué privilegio tan grande
2017-03-29 - Menores
«Mira, yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos» (Apocalipsis 3:20).
¿TE GUSTARÍA que alguna vez te visitara alguien muy importante y famoso, como un deportista, una cantante, un actor, un presidente o un rey? ¿Qué sentirías, por ejemplo, si tuvieras la oportunidad de ver de cerca y darle la mano a Messi o a Cristiano Ronaldo? ¿Y a Adele o a Selena Gómez? ¿Y qué me dices de Obama o del presidente de tu país? ¡Qué privilegio tan grande! ¿Verdad que sería una experiencia increíble y tratarías de estar a la altura de una ocasión tan importante? Piensa en lo que harías y en lo que le dirías. ¿Sabes? Yo tuve una oportunidad como esa, y te la voy a contar.
Hace tiempo hubo en mi país un presidente que se llamaba Álvaro Uribe Vélez. Todavía está vivo, no es que haya muerto, solo que ya no es el presidente de Colombia. Pues bien, en una ocasión nos avisaron de que el presidente iba a venir a visitar la Universidad Adventista de Colombia. Nosotros vivíamos muy cerca y decidimos asistir, para lo cual solicitamos un boleto especial pues, como te podrás imaginar, no cualquiera puede estar cerca de una persona tan importante así porque sí. Nos dieron el pase y no te imaginas cómo estaba aquel día la iglesia: abarrotada. Todo el mundo se apiñaba para poder ver de cerca al presidente del gobierno y, si podían, tocarlo, aunque solo fuera por un instante. La emoción era enorme porque sabíamos que esas ocasiones no se presentan todos los días en la vida de personas como tú y como yo.
Bueno en realidad, eso no es del todo cierto. Nosotros tenemos todos los días un privilegio más grande que ese, solo que no nos damos cuenta o no lo valoramos. Todos los días llama a nuestra puerta el Rey del universo: Jesús. Todos los días quiere pasar un ratito con nosotros, para decirnos cosas bonitas y animarnos para el resto del día. ¿Te has detenido a pensar en el privilegio que es? ¿Un rey llamando a tu puerta?
No desperdicies esa oportunidad diaria que Jesús te da. Date cuenta del valor que tiene para tu vida y procura estar a la altura de la ocasión, con reverencia y humildad. No dejes que pase de largo el Rey del universo, porque personaje más grande que él no ha existido en la historia de nuestro planeta.
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30La superhormiga
2017-03-30 - Menores
«Fíjate en lo que hace [la hormiga], y aprende la lección: aunque no tiene quien la mande ni quien le diga lo que ha de hacer, asegura su comida» (Proverbios 6: 6-8).
UN MUCHACHITO recién bautizado andaba en el campo cuando le picó una hormiga colorada, de esas que duelen bastante. Él la agarró suavemente, la miró y le dijo: «Ni yo te condeno, vete y no piques más». ¿Qué te parece la anécdota?
Me imagino que el versículo de hoy te hará pensar algo así como: «Yo veo muchas hormigas por todas partes y no veo qué lección pueda aprender de un insecto tan pequeño e insignificante». ¿Acerté? Pues déjame decirte que hay tres cosas en las que haríamos bien en parecernos a las hormigas. Vamos a ver cuáles son esas tres cosas, y después verás cómo desearás parecerte a ellas.
La primera es que las hormigas han llegado a ocupar todo el planeta, excepto la Antártida y algunas islas remotas. ¡Son tremendas conquistadoras y aventureras! ¿Cómo han logrado llegar tan lejos? Su éxito radica en su organización. Saben trabajar de forma ordenada para sacar el máximo partido a sus recursos. Las hormigas siempre están ocupadas, haciendo algo útil para la colonia. De hecho, sus colonias son como nuestras ciudades: llenas de túneles y de tránsito. Esos insectos construyen grandes avenidas.
La segunda es que las hormigas son muy fuertes. Pueden llevar car gas hasta sesenta veces más pesadas que el peso de su propio cuerpo. ¿Crees que puedes levantar un objeto que pese sesenta veces más que tú? Puedes intentarlo y después me cuentas, Gracias a que son tan fuertes, las hormigas se defienden muy bien de sus enemigos.
Por último, las hormigas tienen una gran capacidad para resolver problemas complicados. Eso sí que es una ventaja, ¿verdad? Son realmente muy inteligentes. Pues bien, ahora imagínate que eres un conquistador y aventurero, que tienes éxito donde quiera que vas y que eres muy fuerte. Imagínate que tienes una gran capacidad para resolver problemas y que eres una persona organizada. ¿A que serías alguien increíble? Pues eso es lo bueno de parecerte a una hormiga.
Jesús te ayuda a conquistar tus mentas; a tener éxito en la vida; y a vencer al enemigo. Con Jesús, eres más que una superhormiga; eres un superhéroe.
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31Que nadie derrumbe tu castillo de arena
2017-03-31 - Menores
«El Señor todopoderoso me ha enviado con este mensaje [...]: “Cualquiera que toca a mi pueblo, toca a la niña de mis ojos"» (Zacarías 2: 8).
¿ALGUNA VEZ has hecho castillos de arena en la playa? Es divertidísimo, ¿verdad? Y además es económico, porque lo único que necesitamos es arena, agua, una pala, un rastrillo y un cubo. Podemos ayudar nos de otros objetos para hacerle las torres, o para crear murallas quizás con palitos, y alguna tela para colocarle una bandera cuando lo hayamos terminado, para darle el toque final.
En algunos lugares hacen concursos de castillos de arena. ¿Los has visto alguna vez? Yo sí, son impresionantes. Los que los hacen son verdaderos artistas. Esos «escultores de arena», para construir sus castillos, primero tienen que buscar en la playa un lugar adecuado. Necesitan arena fina y húmeda en abundancia, además de un cubo de agua y herramientas de escultura como espátulas. Se pone un límite al espacio donde van a trabajar, para evitar que alguien derribe su escultura. Luego se forma un montón de arena que no tiene forma de nada más que de montón de arena feo y marrón, y se le da el necesario punto de humedad para poder extraer de ella una obra de arte. La arena debe estar libre de objetos extraños, como conchitas, vidrios o cangrejos. Con mucho cuidado e ingenio se comienza el trabajo, siempre con la precaución de que nada ni nadie toque la obra en construcción. Si una persona, un golpe de mar, un perro o cualquier otra cosa llegara a tocar la escultura de arena, todo se vendría abajo y el trabajo habría sido inútil.
¿Sabes? Lo mismo sucede con tu cuerpo. Tu cuerpo es como una obra de escultura que el mismo Dios ha creado. Pero debes protegerlo de cualquier persona extraña que quiera tocarlo y hacerle daño. Tu cuerpo es como un castillito de arena que nadie debe tocar con la intención de hacerle daño. Hay partes de tu cuerpo que son privadas, es decir, que nadie tiene vía libre para tocarlas. Dios las hizo para ti; tú le perteneces a Jesús y a nadie más. Por eso, cuida tu cuerpo, que es una verdadera obra de arte. No dejes que nadie lo utilice, y tampoco lo destruyas tú consumiendo cosas que lo derrumbarían. Cuídalo y protégelo como lo más valioso que Jesús te ha dado.
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