LOS MASÁIS
Los masais viven en Kenia meridional y en Tanzania septentrional, en el continente de África.
Sus hogares son asentamientos llamados manyattas, que son círculos de chozas hechas de adobe y ramas. Las chozas se construyen con unos ladrillos preparados a base de excrementos de animales, paja y barro a fin de impermeabilizarlos y endurecerlos. Las paredes interiores son alisadas y posteriormente ahumadas. Suelen contar con diminutos tragaluces, pero sin ventanas.
Esta tribu tiene una rara bebida, se hace así: primero ordeñan leche de vacas, cabras y algo menos por ovejas directamente a una especie de calabaza alargada, luego cortan un poco el cuello de una vaca, le hacen un torniquete en el cuello y le puncionan la yugular con una flecha. Recogen la sangre directamente en la calabaza y la mezclan con leche. Luego, la baten con unas fuertes sacudidas. Lo dejan fermentar por un tiempo y luego se la beben. En cuanto a la comida, comen carne de ovejas y cabras, sacrificadas para ciertos festejos. También consumen algunos vegetales silvestres, recogidos por las mujeres y los niños.
Su idioma es el maa, que es una lengua nilótica oriental, aunque muchos de ellos son capaces de expresarse en suajili e inglés. Tienen una danza muy característica: se agrupan para danzar, distribuyéndose en círculo, comienzan a moverse. Al intensificarse en el ritmo, uno de los guerreros masái se sitúa en el centro y dan unos saltos verticales, los cuerpos rígidamente rectos, las manos pegadas a los costados, las rodillas juntas y un puñado de hierba fresca apretada bajo las axilas. Terminan de bailar cuando todos están exhaustos.
La mayoría de ellos mantienen su religión tradicional, aunque los últimos años se han convertido en cristianos.
Les gustan llevar el pelo recogido en un particular tocado, dejando una especie de moño alargado hacia delante. Son muy orgullosos y presumidos, van adornados hasta el más mínimo detalle con pendientes, collares, brazaletes, pulseras y abalorios. Algunas veces pintan su piel con arcilla roja. Acostumbran a vestir una tela anudada sobre los hombros, también se ponen una manta que se anudan al cuello para protegerse del frío. Su calzado son unas sandalias de cuero y neumático. Sus armas son la lanza, el machete y el rungu.
Los masáis tienen problemáticas actuales debido a dos contratos en los años 1904 y 1911. Las tierras masái en Kenia se redujeron en un 60%, cuando los británicos los expulsaron para dar tierra a los ranchos. Artículos de Garrett Hardin y Melville Herskovitz llevaron a autoridades políticas a pensar que los masáis causan daño a las zonas de pastoreo de la sabana. El gobierno expulsó a todas las personas de la tribu del Parque Nacional de Serengeti y los trasladó a la Zona de Conservación de Ngorongoro. Entonces muchos masáis empezaron a cultivar maíz y otros productos, pero la situación se complicó cuando en 1975 se prohibió la agricultura en el lugar.