Cuentan que en la carpintería hubo un carpintero enamorado de su obra de arte: ¡¡una hermosa cuna de roble!! Conforme iba necesitando sus herramientas iba a buscarlas a un hermoso armario situado en el gran taller.
Comenzó buscando todo aquello que iba necesitando: 1º Un metro: para medir la hermosa madera de roble
2º Un serrucho: para cortar lo que no necesitaba
3º Unas tenazas: para eliminar los clavos antiguos y oxidados
4º Un tornillo: para ir afianzando la madera
5º Una lija: para limar asperezas de la madera
6º Un martillo: para dar fuerza a la hermosa madera
7º Una escoba: para mantener todo en orden y limpito
8º Un clavo: para dar unión
Etc…
Una vez habiendo trabajado toda la mañana, el carpintero decidió salir para tomar un exquisito manjar que le reanimara para comenzar de nuevo la tarea.
…Fue entonces….cuando se celebró una extraña Asamblea: fue una reunión de todas las herramientas para arreglar sus diferencias.
El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea decidió que tenía que renunciar. ¿la causa?: ¡hacía demasiado ruido!. Y además se pasaba el tiempo ordenándolo todo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el metro, que siempre se pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto. El metro aceptó su culpa, pero pidió que se marchara el serrucho pues siempre con su “ris-ras” provoca una dentera insoportable y se come todo lo que pilla a su paso. El serrucho aceptó su culpa pero pidió que se fueran las tenazas, pues en todo momento andaba pellizcando todo a su paso. Las tenazas aceptaron su culpa, pero pidieron muy enfadadas que se fuera el taladro, pues ya no soportaba su ruido y el malestar que le provocaba de mañana a noche, además andaba todo el día agujereándolo todo El taladro aceptó su culpa pero pidió que se marchara el tornillo pues había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en el trato y siempre tenía fricciones con los demás. La lija estuvo de acuerdo, a condición que nuevamente fuera expulsado el martillo pues con tanto poder entraba y salía de la asamblea cuando quería y dolía mucho cuando se caía encima y además repitió que era muy muy mandón. El martillo nuevamente aceptó haciendo golpeando todo a su paso y pidió que se fuera la escoba pues no paraba de levantar polvo y esconderlo todo bajo las virutas. La escoba después de hacer ver que sin ella todo sería un caos aceptó, pero dijo que sólo se iría si se iba el clavo, pues este era demasiado rígido y se pinchaba los pies al andar. El clavo finalmente aceptó.
Fue cuando entonces entró el carpintero a su hermoso taller. Se puso el delantal e inició su trabajo pero se encontró que habían desaparecido todas las herramientas de donde él las había dejado y que andaba todo muy revuelto. Nuevamente con ánimo volvió a buscarlas para terminar esa hermosa CUNA DE ROBLE. Utilizó una por una y finalmente la tosca madera se convirtió en un linnnnnddooooo: Muñeco Articulado
Tomó todo aquello que iba necesitando:
1º el metro: para medir finalmente la hermosa madera de roble
2º el serrucho: para terminar de cortar lo que no necesitaba
3º las tenazas: para eliminar el último clavo antiguo y oxidado
4º El tornillo: para contentar al taladro
5º La lija: para terminar de dar el toque mágico a aquella hermosa madera
6º El martillo: para dar el último toque y hacer un muñeco fuerte
7º La escoba: para limpiar y dejar que solo la cuna tome protagonismo
8º Otro clavo: para dar la fuerza definitiva
Etc…
Al atardecer y con un carpintero orgulloso de su trabajo, fue cuando la carpintería quedó de nuevo sola, y la Asamblea reanudó su deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra ¡¡como no, el martillo!! y dijo: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el honrado carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Si no ¿Cómo hubiéramos sido capaces de construir este hermoso MUÑECO ARTICULADO?...¡¡SOMOS LAS MEJORES!!...
La asamblea encontró entonces que el metro era preciso y exacto, el serrucho eliminaba lo que no servía, las tenazas quitaba lo oxidado y viejo el tornillo unía y daba fuerza; el taladro entraba donde nadie podía hacerlo, la lija era especial para afinar y limar asperezas, la escoba era la que realmente daba orden y evitaba el caos; el clavo servía para unir aún más, y que finalmente el martillo era fuerte, muy fuerte.
Se sintieron entonces un “equipo” y reconocieron que el viejo armario era su verdadero hogar. .. SOMOS LAS MEJORES!!
Y Colorín colorado este cuento ha terminado…